HISTORIA DEL LUGAR
“Almansa: Unión,
trabajo y constancia”. Bajo este lema nacía en los años cincuenta Almansa
(Cáceres) dentro del término municipal de Alía (que con casi 600 km² supone el
séptimo más grande de Extremadura). En plena posguerra, al calor de las
inversiones destinadas al Plan Badajoz (aquel que, entre otras cosas, represó
el agua del río Guadiana en hasta cinco pantanos seguidos, provocando la
desaparición o el abandono de varios pueblos y el surgimiento de otros tantos),
se creaba el Complejo Agroindustrial de Almansa.
Se trataba de un
pueblo nuevo donde numerosos trabajadores de las localidades colindantes
(principalmente Alía, Guadalupe, Castilblanco y Valdecaballeros) se mudaron
para, según el portal municipal de Alía, implantar “las más modernas técnicas
agrícolas” y probar “la última maquinaria recién importada de Alemania o
EE.UU.”.
Al frente de este
utópico proyecto estaba Eusebio González Martín. Almansa llegó a tener una
población de más de 2.000 personas, donde además de agricultores hubo
carpinteros, herradores, maestro, cura y veterinario. Trabajos duros a cambio
de un sueldo digno y constante. A cada obrero que quiso irse a vivir allí (los
hubo que prefirieron quedarse en su pueblo e ir y volver todos los días en bici
o burro) se le otorgó una casa con un huerto que podrían cultivar a cambio de
una parte de la producción. Las viviendas eran cómodas para la época: dos
habitaciones, chimenea (que se usaba como cocina), despensa y televisor
Qué desolado se ve....mola!
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